A veces no nos atrevemos a incorporar un mueble a casa por miedo a no saber cuidarlo. ¿Te ha pasado? Y a veces sí nos atrevemos, pero no lo disfrutamos por miedo a dañarlo. ¿Es tu caso? Te enseñamos cómo limpiar un sofá de piel blanco y trucos para mantenerlo perfecto. ¡Que nada te limite!
Anota cómo limpiar un sofá de piel blanco y ¡vuelve a disfrutar de él!
Elegancia, luminosidad, confort… La limpieza de un sofá de piel te permite mantener todos estos atributos.
No dejes que un mobiliario poco aseado desluzca tu casa haciendo que se vea menos atractiva.
¿Quieres saber cómo limpiar un sofá de piel blanco en 5 pasos?
- Aspira el polvo de su superficie. Hazlo con delicadeza para no provocar arañazos.
- Mezcla jabón neutro con agua destilada.
- Humedece un paño limpio y pasa suavemente por la superficie mediante movimientos circulares. Ve limpiando por partes (brazos, zona posterior, asiento…), así te resultará más sencillo.
- A continuación, usa una toalla limpia, mojada en agua fría, para quitar la suciedad.
- Seca toda la humedad con otro paño limpio y absorbente.
La piel es un material resistente y duradero, pero evita el exceso de agua, escurriendo bien los paños que uses, y procura que estos sean de tejidos suaves.
Y, ¿cómo limpiar un sofá de piel blanco cuando hay más suciedad?
En este caso, la dinámica es algo diferente.
- Mezcla agua destilada con jabón neutro.
- Frota hasta producir una espuma abundante.
- Aplica la espuma sobre la superficie y usa un cepillo suave para limpiar.
- Aclara con un paño limpio humedecido en agua.
- Seca bien con otro paño limpio.
¿Cómo no limpiar la piel de un sofá blanco? Usando productos químicos, ya que son abrasivos e influyen en el envejecimiento natural de la piel. Así que, nada de alcohol o amoniaco, por ejemplo.
Ya sabes limpiar tu sofá tapizado en piel, ¿quieres saber cómo mantenerlo en buen estado?
Hay algunos trucos que te ayudarán a prolongar la belleza de tu sofá de piel blanco. ¡Pruébalos!
- Aspira también la suciedad de los recovecos. El polvo, los restos de comida o los pelos de tu mascota se van acumulando paulatinamente en esos huecos.
- No lo expongas excesivamente al sol. Cuando planifiques tu salón busca para este mueble una ubicación donde no reciba una gran cantidad de luz natural directa. Ten en cuenta que los rayos solares terminarán comiendo el color
- Procura no situarlo cerca de una fuente de calor. Las condiciones extremas, como el calor intenso deshidratan su piel, y, por tanto, pueden afectar y deslucir su aspecto.
- Evita fuentes de humedad, como los líquidos, ya que al absorberlos influyen negativamente sobre su apariencia. Es recomendable limpiar rápidamente para que, en el futuro, no aparezcan molestas manchas o huellas. En estos casos puedes recurrir a productos absorbentes (mopa de algodón, toalla, esponja o servilletas, por ejemplo) pero empleando de forma que no se extienda el fluido.
También puedes optar por textiles como un plaid para proteger su superficie y evitar así, tener que correr a limpiar el sofá ante algún contratiempo.
Y si te animas, incluso puedes hacer una funda siguiendo nuestro tutorial. ¡Cuídalo al máximo!
Sigue las recomendaciones de limpieza y mantenimiento que te haya facilitado el fabricante de tu sofá. Utilizando los productos específicos aconsejados podrás proteger y preservar la elasticidad del tejido.
No rechaces ese mueble que tanto te encanta. Si sientes que es perfecto para tu casa es porque es perfecto para ti. Hazte con él y conviértelo en parte de tus vivencias.