Ver cada día las mismas cosas a tu alrededor puede provocar que necesites cambiar algo para ver pequeñas novedades en casa. Una opción de reforma muy buena y económica, si te apetece renovar el diseño de tu casa, es pintar las puertas en blanco. A continuación, te explicamos paso a paso el proceso para hacerlo.

Ventajas de pintar las puertas en blanco
El color blanco es una opción muy habitual a la hora de pintar las puertas o paredes de una casa. La razón es que pintar de color blanco cualquier de las estancias de la casa tiene muchas ventajas, desde el recibidor hasta la cocina, del salón al dormitorio:
- Aporta luminosidad
- Transmite limpieza
- Aporta calma
- Combina con todo
- Da sensación de más espacio
Pasos para pintar puertas en blanco
Si te has decidido a pintar las puertas en blanco, es recomendable tener en cuenta los siguientes pasos para que queden perfectas. Pero antes, hagamos un repaso de todos los materiales que necesitarás:
- Rodillo: Para pintar puertas lo mejor son rodillos con pelo muy corto o espuma, y específicos para lacar o esmaltar.
- Imprimación
- Pintura para madera o esmalte para lacar
- Cinta de carrocero
- Papel de lija o lijadora eléctrica
- Mantas, papel o plástico para cubrir y proteger suelo, muebles, etc.
Paso 1: Elige bien los materiales
Una de las cosas imprescindibles que debes hacer para que tu trabajo tenga éxito, es escoger los productos y utensilios adecuados para pintar las puertas en blanco.
Lo más adecuado para pintar puertas son las pinturas tipo esmalte o laca con una imprimación previa, ya que se pueden lavar y son resistentes.
Paso 2: Desmonta la puerta y saca todas sus piezas
Para pintar la puerta es importante poder trabajar cómodamente en ella, por lo que es mejor desmontarla y descolgarla. Y si puedes pintar en horizontal, mejor. Además, para pintarla bien es conveniente que saques todas las piezas, como las bisagras, los herrajes y las manillas.

Paso 3: Lija bien la puerta
Antes de pintar puertas en blanco es importante lijarlas, para que la pintura se adhiera bien. Puedes lijarla con una lijadora eléctrica o con un simple trozo de papel de lija.
Finalmente, cuando la puerta esté bien lijada, absorbe con un trapo húmedo todos los restos para que no molesten a la hora de pintar.
Lo más aconsejable siempre es lijar, aunque algunas pinturas permiten pintar sin tener que lijar antes la superficie, como por ejemplo la chalk paint.
Paso 4: Aplica una base de imprimación
La imprimación es el producto que prepara la puerta para que absorba mejor la pintura. Cuando apliques la imprimación, házlo con pasadas suaves para que no deje una marca brusca.
Tras aplicar la imprimación, es recomendable lijar un poco la puerta con una lija de grano fino.
Paso 5: Pinta las puertas en blanco
Llegado este momento ya puedes pintar las puertas en blanco, o en el color que quieras. Para hacerlo de manera correcta y que te queden perfectas, remueve bien la pintura y aplícala con un rodillo empezando por uno de los extremos.
Lo mejor para que quede bien es pintar con un rodillo no muy cargado de pintura. Si ves que necesitas más pintura, es mejor darle más capas finas, que menos pero más gruesas.

Cómo has podido comprobar, pintar puertas en blanco no es nada complicado. Solo necesitas los elementos adecuados y ponerte manos a la obra. ¿Cuando empiezas a renovar tu casa?
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