Ver una película en una sala de cine es una de las experiencias más apasionantes, divertidas y gratificantes que pueda existir, pero, ¿y si pudieras montar una sala de cine en tu casa? ¡Es posible!
Y es que la evolución de la tecnología de la imagen y del sonido ha permitido que cualquier de nosotros y nosotras, con un presupuesto muy asequible, pueda disfrutar de su afición cinéfila con casi las mismas sensaciones que en la más sofisticada sala de cine, sin salir de su hogar. Las luces apagadas, el sonido envolvente, el olor a palomitas… ¿Quieres vivirlo en casa? En este artículo te vamos a explicar cómo hacerlo posible, así que, 3, 2, 1… ¡acción!
¿Y si uso mi televisor para mis sesiones de cine?
De entrada, puedes sentir la tentación de usar tu televisor para tu sala de cine en casa, o querer comprar un televisor nuevo de gran tamaño para emplearlo tanto para tus sesiones cinematográficas, como para ver la tele.
Y si bien es cierto que no es la peor opción del mundo, hay que reconocer que nada como un proyector y una pantalla para recrear la experiencia de ver una peli en el cine. Ten en cuenta que un proyector te permitirá disfrutar de un formato de 90, 100 o 120 pulgadas por un precio más económico que cualquier televisor (de hecho, muy pocos televisores podrán ofrecernos estos tamaños de imagen tan grandes).
Así pues, veamos algunos consejos básicos para escoger la pantalla y el proyector ideales para tu sala de cine en casa.
Eligiendo el proyector
Deberás tener en cuenta, antes que nada, que la estancia que destines a tu sala de cine debe contar con un mínimo de espacio, ya que es necesaria una distancia determinada entre la pantalla y el proyector para que la nitidez de la imagen sea buena. Por ejemplo, para una pantalla de 120 pulgadas el proyector deberá estar instalado a 2,5 metros.
También ten en cuenta que el proyector deberá ir instalado preferiblemente en el techo, a diferencia de un televisor que podrías colocar fácilmente sobre un mueble, con lo que tendrás que realizar una “pequeña obra”. De todos modos, ¡verás que vale la pena cuando apagues la luz y proyectes la película!la película empiece!
Refiriéndonos a la tecnología para generar las imágenes, puedes encontrar proyectores de LCD (Liquid Crystal Display), DLP (Digital Light Processing) y LCoS (Liquid Crystal on Silicon). Nuestro consejo es que antes de comprar uno intentes ver cuál es la calidad de su imagen una vez proyectada, los contrastes del color, la luminosidad, etc. y te decantes por tu favorito (y por el que no se salga de tu presupuesto, claro).
¿Puedo usar la pared como pantalla?
Otra tentación habitual es la de usar la pared de la sala para proyectar en ella, y os podemos asegurar algo al respecto: por limpia y blanca que sea, la diferencia se nota. Quizás en este aspecto hay opciones mejores en sustitución de la pantalla, como los estores. De todos modos, las pantallas están diseñadas para reflejar toda la luz que reciben del proyector y que el visionado desde cualquier ángulo sea igual de satisfactorio en cuanto a calidad de imagen y color, algo que no conseguirás con otros métodos más caseros.
Encontrarás pantallas enrollables (esas típicas que se fijan en el techo y se despliegan con la ayuda de una cadenita) o las que quedan instaladas fijas en la pared. Nuestro consejo es que apuestes por estas últimas, por resultar más económicas y menos aparatosas.
Y para que suene de cine…
La mejor opción, por sus buenos resultados pero también por ser más económica, son las barras de sonido. Y es que aunque los proyectores cuentan con su propio sistema de sonido integrado, este puede ser insuficiente para los cinéfilos más exigentes.
Además, las barras de sonido son muy sencillas de instalar, ocupan poco y podrás ir cambiándolas de ubicación hasta encontrar el sonido deseado. Sin embargo, si notas que el sonido suena algo “acoplado” (esto puede ocurrir porque las barras de sonido integran varios altavoces en una misma estructura), tu mejor opción puede ser un sistema de sonido multicanal.
¡No te asustes! Aunque suene como algo muy complicado (y caro), se trata de un sistema en el que el sonido es emitido por un subwoofer central y distribuido por toda tu sala de cine a través de una serie de altavoces independientes, que puedes colocar como prefieras por la estancia para obtener el mejor resultado.
Y para acabar, ¿sofás para mi sala de cine en casa?
Es cierto que bajar el asiento de la butaca del cine y sentarse en ella es parte importante del ritual que supone ver una peli en una sala de cine, pero para no complicarte demasiado, mejor apuesta por un sofá de 2 o de 3 plazas. También puedes combinar uno de cada tipo, u optar por algún sillón para complementar el equipamiento de tu sala de cine. Además, admitámoslo, aunque sean menos cinéfilos, los sofás también son más cómodos.
Así que, ¡ya lo tienes todo! Proyector, pantalla, sonido, butacas… Solo falta bajar las persianas, poner tu peli más esperada y prepararte para disfrutar de la magia del cine en todo su esplendor, sin salir de casa. Ah, por cierto, ¿dónde están esas palomitas?
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